Un tesoro en San Sebastián
La Filmoteca Vasca, el organismo territorial encargado de la conservación del cine y de los filmes en general que han llegado hasta allí, se encuentra en la ciudad de San Sebastián. Prácticamente nada más entrar en la ciudad, en un rincón perteneciente al barrio de Amara, se encuentra la Filmoteca Vasca, donde, en soporte fílmico, se guardan verdaderas joyas documentales que constituyen un patrimonio histórico de inestimable valor.
Una vez ya en la Filmoteca, nada más comenzar la visita, pudimos visionar unos documentales que habían sido restaurados por la propia Filmoteca. Entre ellos, destacan “Otxarcoaga” (1961), “San Sebastián, novia de España” (1955), un corto sobre la inauguración de San Mamés en 1913 con el partido Athletic – Real Unión, y por último otro corto que fue seleccionado por un programa desarrollado por el Gobierno Vasco para una competición internacional. Gracias a esta labor, cada vez más complicada debido a la degradación del material de los filmes, se puede desarrollar la exhibición de unos contenidos que no deben perderse.
Tal y como lo comentó uno de los trabajadores del lugar, las distribuidoras también colaboran en esta conservación, sobre todo en la de aquellas cintas que han recibido subvención por parte del Gobierno Vasco. Asimismo, manifestó la necesidad de tener en cuenta la propiedad particular de las imágenes de los documentales a la hora de hacer uso o no de alguna de ellas por parte de los visitantes.
Visión de las instalaciones de la Filmoteca Vasca. |
La Filmoteca Vasca, que surgió por iniciativa privada
el 1 de Mayo de 1978, comenzó su andadura únicamente con los 600
metros de una película en 35 mm, algo que difiere en gran medida con
los cinco millones de metros que posee en la actualidad. Lo
que recoge esta vasta cifra en metros de película, son sobre todo
cortos, largometrajes, cine familiar, y documentos históricos, según
comentó el trabajador. También
nos explicó que antes era muy difícil tener una cámara de vídeo
porque eran muy caras y únicamente los ricos podían permitirse
tener una para hacer sus propias películas caseras.
Para
concluir, hay que destacar que tanto las exhibiciones como la organización de un ciclo sobre algún cineasta, exigen grandes presupuestos para una filmoteca, ya que es habitual que la obra del realizador, dependiendo de quien se trate, se tenga que pedir a países como Alemania, Francia o Italia, con su consecuente desembolso, aseguró.
Portada inicial del documental "San Sebastian, novia de España" uno de los visionados que pudimos disfrutar durante la visita. |
Santiago Elgoibar Esteban
Lander Gastón González
Iñaki de la Fuente Ruiz
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